Siempre en mis clases de teatro explico la relación que existe entre el juego y la actuación y pongo como ejemplo al juego infantil. Si observamos a dos niños jugar podremos ver que lo hacen sin prejuicio, que vivencian el personaje, el rol que les toca: la maestra, la mamá, el papá, el policía, el ladrón, el superhéroe, etc.

La actuación tiene bastante de eso. Actuar es jugar, es creerme que soy otro, otro distinto a mí, es jugar sin prejuicio. Cuando hablo de prejuicio me refiero a no prejuzgar al personaje, cómo podríamos interpretarlo si lo juzgamos? Tenemos que encontrar su energía, su corporalidad, su voz. Debemos también entender sus pensamientos, meternos en ellos.

En mis clases de actuación aprendemos que mediante el juego teatral podremos lograr vencer los prejuicios y así acercarnos a los personajes que nos toquen interpretar de una mejor manera.

Actuar es jugar, sí, y es un juego maravilloso que sólo quienes lo experimentan logran entender.

 

Escena de una de mis obras actuada por alumnos.

 

 

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